
Historia del precio del dinero: de Hammurabi al BCE
07/18/22 • 17 min
“El dinero puede intercambiarse por bienes y servicios”. Este es el sencillo argumento que el cerebro de Homer da al emblemático personaje de la serie televisiva 'Los Simpson' para convencerse a sí mismo de que era mejor haber encontrado un billete de 20 dólares debajo del sofá que el cacahuete que se le había caído. Una descripción simple sobre qué es el dinero: eso que inventó el ser humano hace milenios para pagar cosas a las que previamente se les pone un precio. Pero es igual de importante saber que el propio dinero también tiene precio, conocido como interés. Es más: se sabe que ya lo tenía incluso antes de que se acuñaran las primeras monedas. ¿Cómo es posible?
En algún momento del pasado, las personas se cuestionaron qué ventaja sacaban aquellos que prestaban algo a otros, dejando de disponer ellos mismos de eso que cedían a cambio de nada. "Lo más probable es que el préstamo con interés naciera con el mismo dinero", nos explica Rafael Barquín, profesor titular de Economía Aplicada e Historia Económica de la UNED.
Es imposible saber cuándo sucedió exactamente eso, pero sí es bastante revelador que los textos legales de las primeras grandes civilizaciones ya regulaban las condiciones de los créditos.
Alrededor del 1800 antes de Cristo, Hammurabi, sexto rey de la primera dinastía de Babilonia, ordenó hacer un compendio de leyes para unificar las diferentes normas del imperio. Así nació el famoso Código de Hammurabi, uno de los primeros códigos legales de la Historia. El conjunto de leyes (282 en total) fue cincelado en una enorme pieza de basalto negro que en la actualidad puede contemplarse en el Museo del Louvre de París.
Además de contener una de las versiones más antiguas de la ley del talión (la del ojo por ojo), el Código de Hammurabi es relevante por regular la relación entre acreedores y deudores. En concreto, las leyes babilónicas establecían que el interés máximo en los préstamos de plata era del 20% anual. También fijaba en el 33,3% el 'tope' para el interés de los préstamos de grano, reembolsables en especie, según el economista estadounidense Sidney Homer.
“El dinero puede intercambiarse por bienes y servicios”. Este es el sencillo argumento que el cerebro de Homer da al emblemático personaje de la serie televisiva 'Los Simpson' para convencerse a sí mismo de que era mejor haber encontrado un billete de 20 dólares debajo del sofá que el cacahuete que se le había caído. Una descripción simple sobre qué es el dinero: eso que inventó el ser humano hace milenios para pagar cosas a las que previamente se les pone un precio. Pero es igual de importante saber que el propio dinero también tiene precio, conocido como interés. Es más: se sabe que ya lo tenía incluso antes de que se acuñaran las primeras monedas. ¿Cómo es posible?
En algún momento del pasado, las personas se cuestionaron qué ventaja sacaban aquellos que prestaban algo a otros, dejando de disponer ellos mismos de eso que cedían a cambio de nada. "Lo más probable es que el préstamo con interés naciera con el mismo dinero", nos explica Rafael Barquín, profesor titular de Economía Aplicada e Historia Económica de la UNED.
Es imposible saber cuándo sucedió exactamente eso, pero sí es bastante revelador que los textos legales de las primeras grandes civilizaciones ya regulaban las condiciones de los créditos.
Alrededor del 1800 antes de Cristo, Hammurabi, sexto rey de la primera dinastía de Babilonia, ordenó hacer un compendio de leyes para unificar las diferentes normas del imperio. Así nació el famoso Código de Hammurabi, uno de los primeros códigos legales de la Historia. El conjunto de leyes (282 en total) fue cincelado en una enorme pieza de basalto negro que en la actualidad puede contemplarse en el Museo del Louvre de París.
Además de contener una de las versiones más antiguas de la ley del talión (la del ojo por ojo), el Código de Hammurabi es relevante por regular la relación entre acreedores y deudores. En concreto, las leyes babilónicas establecían que el interés máximo en los préstamos de plata era del 20% anual. También fijaba en el 33,3% el 'tope' para el interés de los préstamos de grano, reembolsables en especie, según el economista estadounidense Sidney Homer.
Episodio Anterior

Origen y expansión de los restaurantes chinos
En Estados Unidos hay más de 45.000 restaurantes chinos, más que la suma de McDonald's, Burger King, KFC y Wendy's juntos. Un auge que no sigue el proceso habitual de maduración de un mercado, sino que ha estado marcado por diversos hitos, en los que sobrevuela constantemente el racismo.
La comida china llega a Estados Unidos cerca del año 1850, cuando los primeros ciudadanos del gigante asiático emigran a California, atraídos por la fiebre del oro, y huyendo de la inestabilidad que vivía China. Inicialmente cocinaban para ellos mismos, pero pronto se dieron cuenta de que había un nicho de mercado disponible en la comida preparada para mineros. Hasta ese momento, la oferta al alcance de estos trabajadores era muy monótona, protagonizada por el cerdo, las patatas o el estofado.
Con tan poca variedad a su alcance, los mineros pronto aprendieron a valorar los sabores que llegaban desde el otro lado del Pacífico. El wok era el protagonista de las creaciones culinarias chinas, donde cocinaban, removían y freían todos los alimentos.
Hablamos de una época en la que residían en Estados Unidos unos 4.000 chinos. Pero en tan solo cuatro décadas su número se disparó hasta los 100.000. El crecimiento de la población disparó los prejuicios, los bulos y el sentimiento contra los chinos, provocando tensiones entre los trabajadores, especialmente los mineros, que temían perder sus empleos. La hostilidad en este sector era tan grande y tan violenta que ni siquiera lograron trabajos en este sector, apostando sobre todo por la construcción de vías férreas.
La presión que ejercieron sobre la clase política fue asfixiante, y cada vez mayor. Tanto, que finalmente el Congreso aprobó en 1882 la Chinese Exclusion Act, la Ley de Exclusión China, que restringía fuertemente la inmigración y que además impedía que los ya residentes en Estados Unidos pudieran obtener la nacionalidad. La Ley fue prorrogada, aún con más restricciones, en 1892, con medidas que estuvieron vigentes durante 60 años.
La ley logró sus objetivos. Desaparecieron los barrios chinos de buena parte de las ciudades estadounidenses, ya fuera por la nueva normativa, o por el acoso al que se vieron sometidos los ciudadanos chinos.
Pero la ley de exclusión contaba con algunas excepciones, que permitían a los chinos seguir residiendo en EEUU. En concreto, se trataba de profesores, sirvientes y mercaderes. Y esta última categoría incluía a los propietarios de restaurantes, que se encontraban entre los que menos restricciones sufrieron. Podían entrar y salir de Estados Unidos, y traer con ellos a familiares, no como otros afectados, que se vieron separados de sus familias por el resto de sus vidas.
Así, todos los que pudieron permitirse crear este tipo de negocios encontraron la forma de eludir las restrictivas leyes de inmigración. Pero aunque montar un restaurante se había convertido en un salvoconducto para los ciudadanos chinos, tenían que buscar la forma de convertirlos en negocios rentables. Y no era fácil, porque el racismo latente que había contra los chinos, pese a la aprobación de la ley, era enorme, y no querían ir a sus restaurantes.
Todo cambia en 1896, cuando visita Estados Unidos Li Hongzhang, un importante diplomático chino. Su viaje despertó gran expectación, y fue cubierto por la prensa de la época, porque eran muchos los empresarios autóctonos que querían invertir en China.
Muchos de los medios se hicieron eco de que la comida favorita de Li era el Chop Suey, lo que generó mucho interés entre los lectores, que empezaron a acudir a los restaurantes chinos para probar este plato. De hecho, los locales de la época se llamaban 'Chop Suey Restaurants', y adaptaban las recetas para tratar de adaptarse al gusto de los americanos y facilitar su expansión.
Da la casualidad de que el chop suey es un plato rodeado de polémicas. De hecho, ni siquiera es un plato originario de China, donde se cuenta que por entonces ni siquiera lo conocían, sino que nació en Estados Unidos. Como con los orígenes de tantas otras recetas, alrededor del chop suey también circulaban muchas leyendas. La más aceptada cuenta que un grupo de mineros muy enfadados llegaron un día a un restaurante chino, pidiendo comida. El dueño del local, asustado, echó todos los ingredientes que tenía a mano en un wok, dando lugar a ese nuevo plato que llamó Chop Suey. A pesar de estar hecho a partir de sobras, se convirtió en el favorito de todos los clientes.
Desde los inicios del siglo XX la expansión de los restaurantes chinos fue exponencial. En 1900 en Chicago había un único local, pero en 1905 ya eran 40. En Nueva York, cada década se duplicaba el número de restaurantes, y en 1930 ya generaban 150 millones de dólares en ventas. Y habían superado a las lavanderías como el sector que más trabajo daba a los chinos. Y todo a pesar de que la población china prácticamente se había reducido a la mitad, debido a las restricciones, pasando de 105.000 ciudadanos en el momen...
Siguiente Episodio

Historia de las propinas en EEUU: por qué son casi obligatorias
Las propinas son siempre un tema polémico. ¿Hay que dejarlas? ¿Es obligatorio? ¿Me van a mirar mal si no la incluyo? ¿Se va a quejar el camarero? En España son voluntarias, pero para los profesionales, especialmente en el sector de la hostelería, son esperadas. Son un gesto de agradecimiento por el servicio recibido, o una forma de asegurarse un trato preferente si el cliente va a volver en el futuro.
Pero se trata de un tema eminentemente cultural, con importantes diferencias según el país en el que nos encontremos. Así, hay algunos países, principalmente en Asia, donde es una costumbre muy mal vista, que incluso se puede considerar grosera o de mal gusto. Algo parecido pasaba en Paraguay, donde las propinas eran vistas como una especie de soborno incómodo, pero con el aumento del turismo recibido se han ido normalizando, y los profesionales ya las esperan con alegría.
Hay otros países, como la vecina Francia, Cuba, Países Bajos, Alemania... donde son obligatorias. En algunos casos, incluso es un servicio incluido en la cuenta, del que no te puedes librar.
Pero donde se libra la batalla principalmente es en países como Canadá, India, República Checa... y sobre todo Estados Unidos, donde las propinas son un pilar fundamental para los sueldos de los camareros. Y para los taxistas, los peluqueros, los recepcionistas de hotel... No son obligatorias, pero son casi un deber moral. Da igual si el trato recibido ha sido bueno, malo o regular, se espera que se dé. Y en algunos casos hasta se incluye el porcentaje esperado en el ticket.
¿Cómo surge esta tradición? ¿En qué momento las propinas se volvieron tan importantes para los trabajadores? ¿A qué se debe? Sorprendentemente, la cultura del 'tipping' está en realidad fuera del país. De hecho, hasta 1840 no existía esta práctica, según el historiador Kerry Segrave.
Era una tradición europea. Se calcula que se originaron en Inglaterra en el siglo XVI, cuando los huéspedes dejaban dinero para los empleados de sus anfitriones, para compensar el trabajo adicional que les generaban. Un libro anónimo inglés de 1795, recogido por la BBC, explica un poco su funcionamiento en aquella época. "Si un hombre con su caballo se aloja en una posada, además de pagar la factura debe dar al menos un chelín al camarero y seis peniques a la mucama, al mozo de cuadra y al limpiabotas, lo que suma media corona".
Un viajero inglés llamado John Fowler, famoso ingeniero especializado en ferrocarriles, viajó a Nueva York en 1830, con esta experiencia y esta cultura de las propinas a sus espaldas. Tomó numerosas notas durante su visita, entre las que destacaba el siguiente gasto: "Total, 81 centavos; camarero 0, mucama y botas, ídem; y cortesía y agradecimiento por el trato. ¿Se verá esto en Inglaterra? Pasará algún tiempo antes de que allí se convierte en costumbre".
¡Creía que la costumbre de que no hubiera propinas se trasladaría de Estados Unidos a Europa! Sin embargo, ocurrió lo contrario. Cuando el siglo XIX tocaba a su fin, los estadunidenses importaron la costumbre europea. Fue la vocación elitista de aquellos americanos, imitadores de las prácticas de la aristocracia europea, los que empezaron a dar propinas en su país. Era un gesto como para recordar que tenían una educación refinada.
También jugó un papel fundamental en la consolidación de esta práctica el fin de la esclavitud. Los restaurantes querían seguir teniendo mano de obra negra gratuita, así que adaptaron las propinas para convertirás en el salario de los empleados. "Les dijeron a los negros: te vamos a contratar, no te vamos a pagar, pero puedes recibir propinas", explica Saru Jayaraman, activista pro derechos laborales, en declaraciones a BBC. Hay que tener en cuenta que los empleados negros representaban casi la mitad de la industria hostelera.
El racismo también ejercía una gran presión en este aspecto. "Los negros aceptan propinas, por supuesto, uno espera eso de ellos, es una señal de su inferioridad. Pero dar dinero a un hombre blanco me daba vergüenza", señaló en 1902 el periodista John Speed, según NPR.
Como ahora, las propinas ya recibían críticas en aquella época. En 1904 surge la primera sociedad contra las propinas, que llegó a sumar más de 100.000 personas que se negaban a pagar propinas. Uno de los principales detractores de esta práctica era el propio presidente, William H. Taft. Hasta 6 Estados llegaron a prohibir por ley las propinas, aunque en la década de los 20 derogaron todas estas leyes.
La cultura del tipping, de las propinas, se consolida definitivamente en 1966. El Congreso aprueba entonces la Tip Credit, una disposición que permitía a las empresas del sector servicios pagar a algunos empleados por debajo del salario mínimo. Daban por hecho que sus ingresos se verían compensados a través de las propinas recibidas.
En la actualidad, el salario mínimo de estos trabajadores está fijado en 2,12 dólares por hora, una cifra que lleva congelada desde el año 1991. ...
Si te gusta este episodio, te encantará
Comentarios del Episodio
Generar una insignia
Obtén una insignia para tu sitio web que enlace a este episode
<a href="https://goodpods.com/podcasts/historias-de-la-econom%c3%ada-212963/historia-del-precio-del-dinero-de-hammurabi-al-bce-23608276"> <img src="https://storage.googleapis.com/goodpods-images-bucket/badges/generic-badge-1.svg" alt="listen to historia del precio del dinero: de hammurabi al bce on goodpods" style="width: 225px" /> </a>
Copiar