La contraofensiva lanzada por Ucrania a lo largo de más de 1.000 kilÃ3metros se libra en varios frentes, incluido el de Bajmut, donde las tropas de Kiev logran algunos de los avances más significativos. Las autoridades dicen que la ciudad que fue testigo de la peor batalla de esta guerra está semi rodeada y las rutas de acceso al alcance de la artillerÃa ucraniana. Pero a cambio los ataques rusos contra las poblaciones cercanas se incrementan⦠Nuestra enviada especial Catalina GÃ3mez Ãngel visitÃ3 Toretsk, una de las poblaciones al sur de Bajmut. No han pasado cinco horas desde que una bomba lanzada por la aviaciÃ3n rusa destruyÃ3 el colegio del sector donde Olga habita en la poblaciÃ3n de Toretsk, y ella ya se encuentra recogiendo la madera que le puede servir para calentarse en invierno.âLa intensidad de los ataques ha aumentadoââHemos terminado por acostumbrarnos a estos ataques. Cuando un cohete vuela por encima de donde estás, se siente mucho miedo. Si pasa sin caerte en la cabeza, se da gracias a Dios⦠Pero es la vida, en la noche ya hemos olvidado lo que pasÃ3 en la mañanaâ¦â, cuenta la mujer.Toretsk está situada al sur de la ciudad de Bajmut. En esa regiÃ3n las fuerzas ucranianas tienen abierto uno de los frentes de la contraofensiva lanzada en junio que busca recuperar territorios ocupados, incluida Bajmut, en control ruso desde mayo después de que se librara la batalla más feroz desde el comienzo de la invasiÃ3n a gran escala.En las Ãoltimas semanas, el ejército ha logrado en esta zona los avances más significativos de esta campaña, pero a cambio ciudades como Toretsk son atacadas con mayor intensidad: âLa intensidad de los ataques ha aumentado, aunque es difÃcil decir si la destrucciÃ3n ahora es mayor que antes. Por ejemplo, un dÃa tuvimos entre 20 y 30 ataques con artillerÃa⦠Y ocho personas murieron. Hoy hubo ataques aéreos que dañaron construcciones, pero nadie muriÃ3â, confirma Vasil Chynchyk, alcalde de la comarca Toretsk.âEs muy duro, sÃ3lo queda llorarâVasil nos recibe en el salÃ3n de un edificio reconvertido en su oficina. Cuenta que en los Ãoltimos dÃas, la evacuaciÃ3n de la poblaciÃ3n se ha acelerado: si antes partÃan cuatro o cinco personas diarias, ahora lo hacen una veintena, y especialmente familia con niños.A pocos metros de ahÃ, Tatyana trabaja en su peluquerÃa. Le corta el cabello a Oleksander, un hombre de 62 años que trabaja el campo: âSi nos dieran casa y trabajo yo me irÃaâ¦. Pero las promesas que hacen no son realesâ, dice el hombre. Tatiana interrumpe para decir que en Toretsk se vive bien, al menos hay trabajo.Sin embargo, de vuelta a las proximidades del colegio atacado, Ldmyla, de 72 años, no piensa lo mismo: âEllos atacan, atacan, atacanâ¦Es muy duro, sÃ3lo queda llorar⦠En este distrito han habido abuelas heridas, y sus nietos han sido asesinados. Es muy duro, como puede esto sucederâ. No se va porque dice que éste es el lugar donde naciÃ3, y que las guerras tienen que terminarse.