Efesios 5:22-24 "Para las esposas"

01/11/25 • 4 min

Pablo, empieza a desglosar lo que significa para cada persona el someterse los unos a los otros, y empieza hablando a las mujeres.
" Para las esposas, eso significa: sométase cada una a su marido como al Señor, porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia. Así como la iglesia se somete a Cristo, de igual manera la esposa debe someterse en todo a su marido", (Efesios 5:22-24, NTV).
" Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo", (Efesios 5:22-24, RV60).

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Efesios 5:21 "Sométanse unos a otros"

Pablo sigue dando instrucciones a los creyentes receptores de su carta, y en el contexto de la sujeción al Espíritu Santo, les pide que se sujeten los unos a los otros.
" Es más, sométanse unos a otros por reverencia a Cristo", (Efesios 5:21, NTV).
"Someteos unos a otros en el temor de Dios", (Efesios 5:21, RV60).

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Efesios 5:25-27 "Para los esposos"

Después de hablar a las esposas de lo que significa el someterse unos a otros, Pablo habla ahora a los esposos. Recordemos que los versículos anteriores son el contexto de estos versículos.
"Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios. Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable.
"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha", (Efesios 5:25-27, RV60).