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El Garaje Hermético de Máximo Sant - Coches híbridos vs Diésel: El desafío del Siglo

Coches híbridos vs Diésel: El desafío del Siglo

08/09/22 • 20 min

El Garaje Hermético de Máximo Sant
Sinceramente: Cuidado dónde te informas. He leído en las páginas Web de algunas marcas interesadas en el tema, no “medias verdades”, sino “completas-mentiras” sobre lo buenos que son los híbridos, todos, y lo malos que son los Diésel, todos. Te vamos a contar la verdad, pero con datos reales contrastados... ¿Quieres ver quién gana el “Desafío del Siglo XXI”? Para hacer las cosas bien hay que definir dos cosas: De qué tipo de híbrido hablamos y qué uso queremos dar a nuestro futuro coche. Decir taxativamente que uno es mejor que otro para todo, sin entrar en detalles, es una inexactitud... Para ser un buen consumidor hay que saber informarse bien. Las páginas Web de las marcas son estupendas para ver los datos técnicos, en eso no nos van a mentir, para ver el equipamiento, en eso no nos van a mentir, y para ver los precios, en eso no nos deben mentir. Cómo funciona un híbrido. Un coche híbrido lleva por lo general un motor de gasolina y un depósito de gasolina. Y por supuesto llevan baterías y un motor eléctrico, o a veces más de uno, porque son muy pequeños y pueden colocarse en las propias ruedas... Tipos de híbridos. Básicamente hay tres tipos de híbridos que vamos a ver uno por uno. Hibrido convencional o “puro”. Fácil de distinguirlos: No pueden cargarse las baterías enchufándolos. Al principio las baterías se recargaban solo en frenadas y retenciones, pero en los más modernos, como os decía, el motor térmico los recarga cuando no se le exige demasiado. Híbridos “suaves” (MHEV). O si lo preferís, “mild hybrid”. Para entendernos, son modelos térmicos convencionales a los que se les ha añadido un sistema eléctrico con una pequeña batería de 48 voltios. ¿Para qué sirve esto? Pues para optimizar el consumo en casos muy concretos y sobre todo para que la marca pueda decir que su coche es híbrido. Híbridos enchufables (PHEV). O si lo preferís, “plug-in hybrid”. Además de un sistema como los híbridos convencionales, disponen de una toma para que también puedas recargar las baterías conectándolo a la corriente. Las baterías son más grandes, pesadas y caras, pero puedes recorrer una cierta distancia, legalmente al menos 40 km, en modo cien por cien eléctrico. Cómo funciona un diésel. Bien sencillo: Metes aire a “cascoporro” lo comprimes a lo bestia, inyectas gasóleo y ya está. Son ideales para usar con turbo, pues como puede meter exceso de aire al motor, no como en los de gasolina que hay que meter una cantidad exacta, se llevan muy bien con esa tecnología, que prácticamente ya usan todos los diésel modernos. Híbridos: Ventajas y desventajas. Comencemos por las ventajas: Para mí la mayor ventaja está clara: La energía que tiras en las frenadas la recuperas. Sin duda los realmente interesantes son los “enchufables”, porque en el día a día el porcentaje de uso en modo eléctrico puede ser muy alto... incluso único. Y, por último, en según qué país o ciudad, por ser considerado un coche “ecológico” tienes más ventajas impositivas y de movilidad en las ciudades que un modelo convencional. ¿Y las desventajas? Los híbridos son más caros y más complejos porque quieras que no tienen más cosas que “romperse”... no estamos hablando de un eléctrico puro que, esos sí, son “el mecanismo de un chupete”. Pero si te vas de viaje con un híbrido, sobre todo si es enchufable, te vas de viaje casi con toda la familia... aunque vayas solo. Porque entre baterías y motores eléctricos llevas fácilmente 200 kg. Y si es un enchufable, cuando se acaba la carga de la batería, se convierte en un híbrido convencional que solo carga en la frenadas, retenciones y con el motor térmicos. Diesel: Ventajas y desventajas. Mientras tanto los diésel mantienen sus ventajas de siempre y a la que unen otras. Son potentes, económicos de consumo, duraderos y más baratos, pero además ahora son menos contaminantes, más ligeros y menos ruidosos. Su mayor desventaja, aparte de la demonización por parte de algunos, es que no tienen consideración de coches “ecológicos” y nunca tienen emisiones “cero” como si puede tener un moderno híbrido enchufable. Llegamos al desafío. Por fin, llegamos a la conclusión: ¿Cuál es mejor? Voy a simplificar mucho: Si vives en una ciudad grande o muy cerca, te interesa un eléctrico. Si vives cerca o en los alrededores de una gran ciudad a la que van a menudo, pero viajas, te interesa un híbrido enchufable. Y si no vives cerca de una gran ciudad y por tanto, viajas ya sea en viajes cortos a los pueblos o ciudades próximos o no tan próximos, tu coche es un turbodiésel. Coche del día. El coche del día es el Seat León 2.0 TDi aparecido en 2020 con cambio DSG. Un coche diésel de 150 CV que va sensacionalmente bien y con en el que hice un viaje a Portugal a plena carga y digamos que “ligerito”... ¡y no gasté ni 5 litros a los 100 km! A ver qué híbrido supera esto.
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Sinceramente: Cuidado dónde te informas. He leído en las páginas Web de algunas marcas interesadas en el tema, no “medias verdades”, sino “completas-mentiras” sobre lo buenos que son los híbridos, todos, y lo malos que son los Diésel, todos. Te vamos a contar la verdad, pero con datos reales contrastados... ¿Quieres ver quién gana el “Desafío del Siglo XXI”? Para hacer las cosas bien hay que definir dos cosas: De qué tipo de híbrido hablamos y qué uso queremos dar a nuestro futuro coche. Decir taxativamente que uno es mejor que otro para todo, sin entrar en detalles, es una inexactitud... Para ser un buen consumidor hay que saber informarse bien. Las páginas Web de las marcas son estupendas para ver los datos técnicos, en eso no nos van a mentir, para ver el equipamiento, en eso no nos van a mentir, y para ver los precios, en eso no nos deben mentir. Cómo funciona un híbrido. Un coche híbrido lleva por lo general un motor de gasolina y un depósito de gasolina. Y por supuesto llevan baterías y un motor eléctrico, o a veces más de uno, porque son muy pequeños y pueden colocarse en las propias ruedas... Tipos de híbridos. Básicamente hay tres tipos de híbridos que vamos a ver uno por uno. Hibrido convencional o “puro”. Fácil de distinguirlos: No pueden cargarse las baterías enchufándolos. Al principio las baterías se recargaban solo en frenadas y retenciones, pero en los más modernos, como os decía, el motor térmico los recarga cuando no se le exige demasiado. Híbridos “suaves” (MHEV). O si lo preferís, “mild hybrid”. Para entendernos, son modelos térmicos convencionales a los que se les ha añadido un sistema eléctrico con una pequeña batería de 48 voltios. ¿Para qué sirve esto? Pues para optimizar el consumo en casos muy concretos y sobre todo para que la marca pueda decir que su coche es híbrido. Híbridos enchufables (PHEV). O si lo preferís, “plug-in hybrid”. Además de un sistema como los híbridos convencionales, disponen de una toma para que también puedas recargar las baterías conectándolo a la corriente. Las baterías son más grandes, pesadas y caras, pero puedes recorrer una cierta distancia, legalmente al menos 40 km, en modo cien por cien eléctrico. Cómo funciona un diésel. Bien sencillo: Metes aire a “cascoporro” lo comprimes a lo bestia, inyectas gasóleo y ya está. Son ideales para usar con turbo, pues como puede meter exceso de aire al motor, no como en los de gasolina que hay que meter una cantidad exacta, se llevan muy bien con esa tecnología, que prácticamente ya usan todos los diésel modernos. Híbridos: Ventajas y desventajas. Comencemos por las ventajas: Para mí la mayor ventaja está clara: La energía que tiras en las frenadas la recuperas. Sin duda los realmente interesantes son los “enchufables”, porque en el día a día el porcentaje de uso en modo eléctrico puede ser muy alto... incluso único. Y, por último, en según qué país o ciudad, por ser considerado un coche “ecológico” tienes más ventajas impositivas y de movilidad en las ciudades que un modelo convencional. ¿Y las desventajas? Los híbridos son más caros y más complejos porque quieras que no tienen más cosas que “romperse”... no estamos hablando de un eléctrico puro que, esos sí, son “el mecanismo de un chupete”. Pero si te vas de viaje con un híbrido, sobre todo si es enchufable, te vas de viaje casi con toda la familia... aunque vayas solo. Porque entre baterías y motores eléctricos llevas fácilmente 200 kg. Y si es un enchufable, cuando se acaba la carga de la batería, se convierte en un híbrido convencional que solo carga en la frenadas, retenciones y con el motor térmicos. Diesel: Ventajas y desventajas. Mientras tanto los diésel mantienen sus ventajas de siempre y a la que unen otras. Son potentes, económicos de consumo, duraderos y más baratos, pero además ahora son menos contaminantes, más ligeros y menos ruidosos. Su mayor desventaja, aparte de la demonización por parte de algunos, es que no tienen consideración de coches “ecológicos” y nunca tienen emisiones “cero” como si puede tener un moderno híbrido enchufable. Llegamos al desafío. Por fin, llegamos a la conclusión: ¿Cuál es mejor? Voy a simplificar mucho: Si vives en una ciudad grande o muy cerca, te interesa un eléctrico. Si vives cerca o en los alrededores de una gran ciudad a la que van a menudo, pero viajas, te interesa un híbrido enchufable. Y si no vives cerca de una gran ciudad y por tanto, viajas ya sea en viajes cortos a los pueblos o ciudades próximos o no tan próximos, tu coche es un turbodiésel. Coche del día. El coche del día es el Seat León 2.0 TDi aparecido en 2020 con cambio DSG. Un coche diésel de 150 CV que va sensacionalmente bien y con en el que hice un viaje a Portugal a plena carga y digamos que “ligerito”... ¡y no gasté ni 5 litros a los 100 km! A ver qué híbrido supera esto.

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Nos vamos de viaje. Ya han llegado el verano, las vacaciones, y los viajes en coche. Y como dice la canción de nuestros queridos payasos de la tele, el viajar, es un placer. Este podcast va de viajes, de consejos, de experiencias y de anécdotas. Bienvenidos a los podcast de los lunes de Garaje Hermético.

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¡Tenía ganas de hacer un vídeo de este coche! Primero, porque si hacemos un ranking de coches incomprendidos, el primer puesto estaría muy disputado entre este Pacer y el Multipla. Segundo, tiene una historia interesante. Y tercero, porque sencillamente me parece precioso. ¿A ti no? El AMC Pacer no solo me parece un coche bonito, sino que me parece que, como los buenos vinos, gana con el paso del tiempo. Para entender el Pacer hay que ponernos en contexto y recordemos que este modelo se comenzó a desarrollar en 1972, o sea, que la crisis del petróleo le pillo con el diseño ya comenzado. Pero, ¿cómo eran los coches americanos en 1972? ¡A lo grande! Si ahora en los USA más es mejor, en el mundo del automóvil y antes de llegar la crisis del petróleo, ni te cuento. Los USA eran y son un país grande, con largas distancias, mayoritariamente llano y con cantidad de acero, pero antes de la crisis del 73 además el combustible era realmente barato. Tres grandes y AMC. En esos años el mercado del automóvil de los USA estaba dominado por tres gigantes: Ford, GM y Chrysler... Sobre todo las dos primeras. La American Motors Corporation conocida por AMC se fundó en 1954 y murió en 1987. Su estrategia era clara, ser una pequeña empresa lo suficientemente hábil y ágil como para explotar nichos particulares del mercado que estaban desatendidos por los tres grandes. Un coche valiente, una marca cobarde. Los que seguís el canal, ya sabéis que valoro mucho los coches que son valientes y diferentes, aunque no siempre tengan acierto y no siempre éxito. Y es curioso, normalmente los coches “valientes” son propuestas de marcas valientes... pero no fue el caso. ¿por qué digo esto? Porque en este caso la propia marca no creía en su coche y reconocía desde el primer momento, literalmente, “que el coche no iba a gustar a todo el mundo”. Adelantado a su tiempo... ¿Demasiado? El AMC Pacer, en su época, fue absolutamente incomprendido y un fracaso de ventas. En cambio, hoy en día, son muchos los aficionados y especialistas que opinan que era muy adelantado a su época. La idea de su diseñador, Dick Teague, era muy interesante: Diseñar un coche que por dentro fuera tan grande como otros de mayor tamaño, con una estética diferente y bajo consumo de combustible. Teague quería poner en jaque a los grandes con su propuesta. Grande y pequeño. La habitabilidad del coche, para su tamaño, era muy buena. En esa época en los USA un coche de 4,34 metros de largo era claramente pequeño... incluso en Europa, sería mediano no grande. Además, es un coche más bien bajito, solo 1,36 m de alto, pero ancho, muy ancho, tanto como sus rivales de 1 y 2 metros más de largo: 1,96 cm. Este coche se puede decir que invento el concepto “cab forward” que consiste en que el parabrisas esta tan inclinado que “invade” por un lado el capó motor y por otro esta casi a la altura de la cabeza de sus ocupantes... la sensación de luminosidad es extraordinaria. ¿Wankel? ¿Seguro? Pues sí, seguro. La idea era dotar a este innovador modelo de un motor Wankel y para ello la firma AMC firmó un contrato con GM que estaba desarrollando un motor Wankel. En esa época se pensaba que el Wankel iba a ser un verdadero avance... Pero no... según GM avanzaba con el desarrollo del Wankel se daba cuenta de que era caro de construir, poco fiable e iba a gastar más que sus motores tradicionales y le dijo a AMC que se olvidase del motor Wankel. ¿Y qué hizo AMC? Pues tuvo que rehacer toda la parte delantera del coche, incluido chasis y suspensiones, para poder meter en el espacio que estaba reservado para un pequeño Wankel, un motor de seis cilindros en línea de casi 4 litros y propulsión trasera. Comenzó bien, acabó mal. Contra lo que hoy día se piensa, el Pacer comenzó su andadura comercial muy bien. En 1975 causo sensación y se alababa su espacio interior, su luminosidad y su practicidad. Pero poco a poco se vio que el motor de 4 litros y los más de 1.500 kg de peso hacían que los consumos fuesen mucho más altos que los de sus rivales, sobre todo europeos, de similar tamaño. El AMC Pacer hoy. No voy a decir que sea un coche cotizadísimo, porque aún se encuentran, sobre todo en los USA, a precios razonables en torno a los 15/20 mil euros. Pero desde luego sí te voy a decir que no han dejado de subir. ¿Y cómo va? No va ni mejor ni peor que otros modelos americanos de su época, lo cual es más positivo que negativo. Es un coche super cómodo, fácil de llevar, agradable de conducir y para mí, muy llamativo. Eso sí el depósito es grande, de 83 litros, pero si no mimas el consumo, bajar de los 20 ó al menos 18 litros no es fácil... al precio que está la gasolina, es lo peor del coche. Coche del día. La versión especial PACER X, en negro con llantas y detalles dorados y motor de 150 CV. Una versión cotizadísima que solo se fabricó en México.

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