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Desmemoria Histórica - Desmemoria Histórica: Miguel Platón presenta el libro 'La represión de la posguerra'. Penas de muerte en el franquismo

Desmemoria Histórica: Miguel Platón presenta el libro 'La represión de la posguerra'. Penas de muerte en el franquismo

01/24/24 • 58 min

Desmemoria Histórica
Un exhaustivo trabajo desmonta el "gran mito" del relato memorialista de la izquierda española: la masiva e indiscriminada represión de la posguerra. Durante años asociaciones, políticos y activistas han situado a España como el segundo país del mundo con más ‘desaparecidos’ después de Camboya: el mito de fosas y cunetas con miles de cadáveres del bando revolucionario, asesinados al acabar la guerra. Por primera vez un historiador recurre a las fuentes primarias (ha contrastado cuatro, dos archivos militares, el de Ávila y Guadalajara, un estudio encargado por la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena y otro de la Generalidad catalana) para sacar a la luz cuántos fueron las penas de muerte impuestas por Franco por hechos relacionados con la guerra y, sobre todo, la cifra total de ejecutados por los vencedores.¿Fue indiscriminada la represión en la posguerra? ¿Hubo juicios sumarios y sin garantías al estilo bolchevique o soviético? Miguel Platón (Melilla, 1949) acaba de publicar La represión de la posguerra. Penas de muerte por hechos cometidos durante la guerra civil (Actas). Tras seis años de investigación, mirando uno a uno 30.000 expedientes, 184 cajas, concluye que las personas ejecutadas por el régimen franquista fueron 15.000. La mayoría fusilados. 15.000 personas, nada menos, un número escalofriante, pero ninguno más. Hasta este momento historiadores españoles y extranjeros muy conocidos, como el británico Antony Beevor, habían dado por buenas, sin haber consultado un solo papel, cifras de más de 200.000, 120.000, 50.000... ejecuciones.Así fueron los juicios Entre el 10 de septiembre de 1940 y el 28 de noviembre de 1975 los Consejos de Guerra condenaron a unas 125.000 personas, 30.000 a muerte. La mitad de estas penas se revisaron y fueron conmutadas por una cadena perpetua, una reclusión de treinta años que, posteriormente, se fue reduciendo incluso hasta los seis o a anular anular con indultos. El proceso de cada caso duraba varios meses y era valorado por distintas autoridades militares, la penúltima los auditores del Cuerpo Jurídico del Ministerio del Ejército. Durante ese tiempo se iban adjuntando al sumario pruebas y también algunos testimonios favorables, por ejemplo, un escrito del reo pidiendo clemencia, cartas de sus familiares, la mujer, el testimonio del alcalde del pueblo donde habían ocurrido los hechos juzgados, de los vecinos... Platón ha tenido en sus manos documentos firmados con huellas dactilares, de personas analfabetas. Franco era el último eslabón, el mazo que confirmaba con un "Enterado" la sentencia. Modificó veintiséis recomendaciones de los jurídicos militares: en dieciséis casos a favor de la conmutación y en diez por la ejecución. Cuenta en el libro Platón el caso de Cadalso de los Vidrios, una localidad de Madrid en la que 561 vecinos firmaron a favor de dos jóvenes condenados a muerte. Fueron indultados. El autor no idealiza las garantías jurídicas de la España franquista.Crímenes de sangre la gran mayoría Entre los ejecutados y conmutados hay autores de crímenes horribles (al menos el 95% tenían delitos de sangre), "sádicos criminales, culpables individualmente de grandes excesos" cometidos durante la guerra en la zona controlada por el Frente Popular: asesinatos en cuadrilla, violaciones, necrofilia, torturas, secuestros, robos... Al menos el 95% tenían delitos de sangre. Conviene recordar que en Cataluña, bajo el gobierno de Companys, anarquistas y sindicalistas asesinaron a 8.000 personas o que en la retaguardia en Madrid el autor calcula que fueron asesinadas más de 20.000, una buena parte fusilados en Paracuellos del Jarama. Entre los conmutados hubo "autoridades políticas, mandos del Ejército Popular de la República, comisarios políticos o miembros de comités revolucionarios". Por ejemplo, Francisco de Toro Cuevas, diputado del PSOE elegido en 1936.Cientos de nombres propios e historias desgarradoras El estudio recoge cientos de vicisitudes con nombres propios, algunos muy conocidos: Antonio Buero Vallejo, Gaspar Zarrías, abuelo del político del PSOE condenado en los ERE de Andalucía, Gregorio Peces-Barba padre... El último capítulo se titula "Héroes" y está dedicado a aquellos que a pesar de ser víctimas, de haber sufrido la desaparición de un ser querido, pidieron clemencia para sus verdugos. En este apartado también hay derechistas, militares o religiosos que testifican a favor de condenados izquierdistas por haberles protegido jugándose sus propias vidas. El libro está prologado por el historiador Stanley Payne para el que esta obra "de inigualado valor constituye una contribución a la historiografía coetánea de máxima importancia. Una obra que presenta resultados completamente originales y relativamente definitivos y también revisionistas. Las cifras sorprenderán a muchos pero la investigación ha sido minuciosa y sistemática y sus resultados convincentes". Reflexiona Platón en sus conclusiones sobre un trato más benévolo por parte de los vencedores: Las ...
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Un exhaustivo trabajo desmonta el "gran mito" del relato memorialista de la izquierda española: la masiva e indiscriminada represión de la posguerra. Durante años asociaciones, políticos y activistas han situado a España como el segundo país del mundo con más ‘desaparecidos’ después de Camboya: el mito de fosas y cunetas con miles de cadáveres del bando revolucionario, asesinados al acabar la guerra. Por primera vez un historiador recurre a las fuentes primarias (ha contrastado cuatro, dos archivos militares, el de Ávila y Guadalajara, un estudio encargado por la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena y otro de la Generalidad catalana) para sacar a la luz cuántos fueron las penas de muerte impuestas por Franco por hechos relacionados con la guerra y, sobre todo, la cifra total de ejecutados por los vencedores.¿Fue indiscriminada la represión en la posguerra? ¿Hubo juicios sumarios y sin garantías al estilo bolchevique o soviético? Miguel Platón (Melilla, 1949) acaba de publicar La represión de la posguerra. Penas de muerte por hechos cometidos durante la guerra civil (Actas). Tras seis años de investigación, mirando uno a uno 30.000 expedientes, 184 cajas, concluye que las personas ejecutadas por el régimen franquista fueron 15.000. La mayoría fusilados. 15.000 personas, nada menos, un número escalofriante, pero ninguno más. Hasta este momento historiadores españoles y extranjeros muy conocidos, como el británico Antony Beevor, habían dado por buenas, sin haber consultado un solo papel, cifras de más de 200.000, 120.000, 50.000... ejecuciones.Así fueron los juicios Entre el 10 de septiembre de 1940 y el 28 de noviembre de 1975 los Consejos de Guerra condenaron a unas 125.000 personas, 30.000 a muerte. La mitad de estas penas se revisaron y fueron conmutadas por una cadena perpetua, una reclusión de treinta años que, posteriormente, se fue reduciendo incluso hasta los seis o a anular anular con indultos. El proceso de cada caso duraba varios meses y era valorado por distintas autoridades militares, la penúltima los auditores del Cuerpo Jurídico del Ministerio del Ejército. Durante ese tiempo se iban adjuntando al sumario pruebas y también algunos testimonios favorables, por ejemplo, un escrito del reo pidiendo clemencia, cartas de sus familiares, la mujer, el testimonio del alcalde del pueblo donde habían ocurrido los hechos juzgados, de los vecinos... Platón ha tenido en sus manos documentos firmados con huellas dactilares, de personas analfabetas. Franco era el último eslabón, el mazo que confirmaba con un "Enterado" la sentencia. Modificó veintiséis recomendaciones de los jurídicos militares: en dieciséis casos a favor de la conmutación y en diez por la ejecución. Cuenta en el libro Platón el caso de Cadalso de los Vidrios, una localidad de Madrid en la que 561 vecinos firmaron a favor de dos jóvenes condenados a muerte. Fueron indultados. El autor no idealiza las garantías jurídicas de la España franquista.Crímenes de sangre la gran mayoría Entre los ejecutados y conmutados hay autores de crímenes horribles (al menos el 95% tenían delitos de sangre), "sádicos criminales, culpables individualmente de grandes excesos" cometidos durante la guerra en la zona controlada por el Frente Popular: asesinatos en cuadrilla, violaciones, necrofilia, torturas, secuestros, robos... Al menos el 95% tenían delitos de sangre. Conviene recordar que en Cataluña, bajo el gobierno de Companys, anarquistas y sindicalistas asesinaron a 8.000 personas o que en la retaguardia en Madrid el autor calcula que fueron asesinadas más de 20.000, una buena parte fusilados en Paracuellos del Jarama. Entre los conmutados hubo "autoridades políticas, mandos del Ejército Popular de la República, comisarios políticos o miembros de comités revolucionarios". Por ejemplo, Francisco de Toro Cuevas, diputado del PSOE elegido en 1936.Cientos de nombres propios e historias desgarradoras El estudio recoge cientos de vicisitudes con nombres propios, algunos muy conocidos: Antonio Buero Vallejo, Gaspar Zarrías, abuelo del político del PSOE condenado en los ERE de Andalucía, Gregorio Peces-Barba padre... El último capítulo se titula "Héroes" y está dedicado a aquellos que a pesar de ser víctimas, de haber sufrido la desaparición de un ser querido, pidieron clemencia para sus verdugos. En este apartado también hay derechistas, militares o religiosos que testifican a favor de condenados izquierdistas por haberles protegido jugándose sus propias vidas. El libro está prologado por el historiador Stanley Payne para el que esta obra "de inigualado valor constituye una contribución a la historiografía coetánea de máxima importancia. Una obra que presenta resultados completamente originales y relativamente definitivos y también revisionistas. Las cifras sorprenderán a muchos pero la investigación ha sido minuciosa y sistemática y sus resultados convincentes". Reflexiona Platón en sus conclusiones sobre un trato más benévolo por parte de los vencedores: Las ...

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undefined - Desmemoria Histórica: Pedro Corral presenta el libro 'Vecinos de Sangre'

Desmemoria Histórica: Pedro Corral presenta el libro 'Vecinos de Sangre'

El escritor y periodista Pedro Corral ha buceado en más de 25.000 documentos para contar la histórica íntima de la guerra civil española. El podcast de historia de Libertad Digital, ‘Desmemoria Histórica’, trata uno de los asuntos que más abochorna a la izquierda, las matanzas en la retaguardia de la guerra civil. En el Madrid de 1936 se popularizaron expresiones como "carros de carne" para denominar a los transportes que cada día recogían decenas de cadáveres de las calles de la capital de España. Las milicias frentepopulistas, socialistas, comunistas, anarquistas o sindicalistas, se tomaron la justicia por su mano. Sólo en el Cementerio de Los Mártires de Paracuellos se calcula que puede haber entre cinco y ocho mil víctimas de la represión de las "hordas marxistas", rezan algunas de las lápidas. Son las mayores fosas comunes de la guerra civil. El escritor Pedro Corral ha publicado Vecinos de Sangre (La Esfera de los Libros, 2022) que reconstruye esos momentos a través de pequeños testimonios de sus protagonistas. Ha consultado más de 20.000 archivos y recoge más de 15.000 declaraciones. Y es que en 1937 ya funciona en Bilbao un Juzgado Especial de Porteros y desde marzo de 1939 todos los porteros e inquilinos más antiguos de cada casa de Madrid tuvieron que prestar una declaración jurada con toda la información sobre "asesinatos, robos, saqueos, detenciones o cualquier otro hecho delictivo durante el dominio rojo". Los ganadores de la guerra siempre sospecharon que los porteros, que tenían autoridad reconocida, habían abandonado a sus vecinos. Madrid fue del bando rojo casi hasta el final de la guerra. En los primeros meses de la contienda se desató en la capital de España "una auténtica cacería contra las personas tenidas por afectas a los golpistas", cuenta Corral. Las víctimas de la retaguardia no sólo fueron militares, afiliados a partidos de la derecha, monárquicos o religiosos. Ni mucho menos, "tres mil obreros" cayeron víctimas de esta violencia. Estos milicianos iban casa por casa, donde la primera barrera a superar era la del portero de la finca, barrera porque en muchos casos, pese a lo que se creía, estas personas salvaron la vida de sus vecinos. Otras no. Historias íntimas de la contienda, de héroes y villanos, policías y milicianos, padres e hijos, encubridores y delatores. Portal a portal, número a número de casi cada calle de Madrid, podemos sentir el horror que debieron de vivir miles de personas, inocentes, esperando esa llamada a su puerta, ante la amenaza de que ése fuera su último día. Un libro extraordinario que Corral comenta junto a Nuria Richart y Pedro Fernández Barbadillo.Dice la editorial Esta es la impactante y desconocida crónica de todo lo que ocurrió en cada portal, escalera o casa, durante la Guerra Civil en Madrid. Pedro Corral, uno de los autores más destacados por su capacidad de descubrir visiones inéditas de la Guerra Civil Española, ha reunido en esta investigación exhaustiva sobre quince mil testimonios de porteros, vecinos o comerciantes, centenares de historias de aquellos que vivieron a pie de calle el conflicto. Esta obra, renovadora y excepcional, que recorre una geografía de Madrid punteada de miedo y violencia, pero también de coraje y humanidad por parte de españoles de ambos bandos. En definitiva, un homenaje a la generación que vivió y sufrió la contienda y que supo cerrar aquellas heridas con inmensa generosidad.

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undefined - Desmemoria Histórica: con la derecha en el gobierno, 1935 fue el mejor año de la sectaria Segunda República

Desmemoria Histórica: con la derecha en el gobierno, 1935 fue el mejor año de la sectaria Segunda República

En 1935, el año menos violento de la Segunda República, estaban encarcelados por golpistas Largo Caballero, Companys, Azaña o Santiago Carrillo. El podcast Desmemoria Histórica sigue con su repaso a los años previos a la Guerra Civil española, momento clave de nuestra historia que ha sido manipulado, reinterpretado, borrado, reescrito y censurado a mansalva. El séptimo episodio de la serie historiográfica 1931-1936 se centra en el año 1935, calificado por la propaganda izquierdista como el "Bienio negro", porque fueron los dos únicos años en los que no gobernó la izquierda.Desmemoria HistóricaNuria Richart Con las consecuencias del golpe revolucionario de 1934 todavía presentes, es uno de los mejores periodos de la sectaria Segunda República, el menos violento desde 1931. Los ‘pistoleros’ estaban encarcelados, así como muchos de sus jefes: Largo Caballero, absuelto en noviembre, y Companys. También Azaña, Santiago Carrillo y Ramón Rubial, futuro presidente del PSOE. Es el año de la manipulación y el despropósito político cuyo responsable es el Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora. Por única vez el partido de la derechas con mayor representación, la CEDA de José María Gil Robles, consigue entrar en el gobierno. Alcalá Zamora los había obstaculizado por considerar que la derecha no tenía "el pedigrí" suficiente para presidir una república. La CEDA cedió a la imposición a pesar de haber sacado más diputados que cualquier otro partido en las elecciones de 1933. En el centro Alejandro Lerroux, líder del Partido Republicano Radical Nuria Richart, junto a los historiadores e investigadores Miguel Platón y Pedro Fernández Barbadillo repasan los principales acontecimientos de un año definitivo. En pocos meses estallará una guerra civil fratricida que se podría haber evitado. En 1935 nace el nefasto y estalinista Frente Popular y la Falange, si era poco se queda en casi nada. Además, el líder del Partido Radical, Alejandro Lerroux se tendrá que enfrentar a una campaña de difamación por supuesta corrupción orquestada para que abandonara el gobierno. Y aparece el nombre de Francisco Franco, elegido jefe del Estado Mayor Central por Gil Robles, al frente del Ministerio de Guerra.

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